OFICIO
DE TINIEBLAS
LAMENTACIÓN PRIMERA
del primer día
Incipit lamentatio Jeremia Propheta.
Aleph. Quomodo sedet sola civitas plena populo!
Facta est quasi vidua domina gentium;
princeps provinciarum facta est sub tributo.
Aquella gran
ciudad, que en otro tiempo,
llena se vio de
pueblo y opulencia,
a tanta
decadencia
la condujo su
yerro endurecido
que todo su
esplendor ha fenecido;
lamentándose
sola en su quebranto
sin otra
compañía que su llanto.
Aquella que las
gentes dominaba,
aquella que las
leyes imponía,
se mira en este
día
triste y
acongojada;
y tan
desconsolada
como está la
viuda en dolor raro,
que el marido
perdió, y en él su amparo.
La señora del
mundo descubierto,
a cuyo templo
santo concurrían
las peregrinas
gentes que venían
a la solemne
pascua con sus votos,
ya de su imperio
rotos
los dominantes
fueros soberanos,
tributaria se ve
de los paganos.
Beth. Plorans ploravit in nocte, et lacrymae ejus in maxillis
ejus;
non est qui consoletur eam, ex omnibus charis ejus;
omnes amici ejus spreverunt eam, et facti sunt ei inimici.
Llorando sin
cesar toda la noche,
sus mejillas en
lágrimas bañadas,
del triste humor
regadas,
nunca enjutas se
vieron,
siempre con su
dolor permanecieron,
durando en ellas
tanto,
como su triste y
mísero quebranto.
De todos sus
amigos no ha quedado
quien la pueda
ofrecer algún consuelo
en su pena y
desvelo;
pues los unos en
ella amedrentados,
los otros
desterrados,
con las
desgracias que a
dolor les mueven,
no pueden unos,
y otros no se atreven.
Otros amigos
falsos, e
inconstantes,
al mirarla
abatida la desprecian;
pues como sólo
aprecian
aquel falso esplendor
del mundo vano,
viéndola
dominada de otra mano,
ingratos a su
fe y abominables,
se vuelven
enemigos execrables.
Ghimel. Migravit Juda propter afflictionem, et multitudinem
servitutis;
habitavit inter gentes, nec invenit requiem;
omnes persecutores ejus apprehenderunt eam inter
angustias.
Judá peregrinó,
prófuga y triste,
al ver tanta
aflicción y desconsuelo,
buscando a su
desvelo
algún alivio y
breve desahogo;
pues el cruel ahogo
hizo llegar su
pena hasta la cumbre
de la más
rigurosa servidumbre.
Después de andar
errante por el orbe
habitó entre las
gentes sin consuelo;
pues el patricio
celo
y amor tan
radicado
a su pueblo por Dios santificado
dominando los
senos de su alma,
nunca entre los gentiles
halló calma.
De la santa ciudad
acometida
por sus
perseguidores,
fueron los
moradores
arrojados en mísero
destierro,
y ella en justo
castigo de su yerro,
entre angustias se mira aprisionada
y de bárbaros
pueblos dominada.
Daleth. Viae Sion lugent, eo quod non sint qui veniant ad
solemnitatem;
omnes portae ejus destructae, sacerdotes ejus gementes;
virgines ejus squalidae, et ipsa oppressa amaritudine.
De Sion los
caminos frecuentados
se cubren de
dolor, de llanto y pena,
al ver que en
tan cruel y triste escena
faltaron ya las tribus
y las gentes
que venían por
ellos, reverentes,
a la solemnidad y a
los oficios
de los santos y
antiguos sacrificios.
Viendo todas sus
puertas derribadas
gimen sus sacerdotes
sin consuelo,
sus vírgenes se
ven en tanto anhelo
del dolor
oprimidas,
pálidas,
macilentas y afligidas;
y de Sion la
gloria y hermosura
convertida en
oprobio y amargura.
He. Facti sunt hostes ejus in capite, inimici ejus
locupletati sunt,
quia Dominus locutus est super eam propter multitudinem
iniquitatum ejus;
parvuli ejus ducti sunt in captivitatem ante faciem
tribulantis.
Sus fieros
enemigos la dominan
y se enriquecen
ya con sus despojos;
pues teniendo a los
ojos
los avisos de
Dios tan abundantes,
ella en pasos
errantes,
solo siguió la
senda maliciosa
de la maldad y
culpa licenciosa.
Sus inocentes
niños son llevados
en la
tribulación de tantas penas,
pisando del
desierto las arenas,
al mas bárbaro y
duro cautiverio,
y del suave imperio
de sus nativos reyes
soberanos
al dominio cruel
de los paganos.
Jerusalem, Jerusalem, convertere ad Dominum Deum tuum.
¡Oh tú Jerusalén, ciudad ingrata,
oh tú Jerusalén, ciudad aleve!,
el raudal de tus lágrimas desata,
y, obediente al auxilio que te mueve,
vuelve a buscar a aquel que te dilata
el tiempo, que te pudo dar más breve;
y, acogida a su amparo y su clemencia,
conviértete a tu Dios y haz penitencia.
FRANCISCO GREGORIO DE SALAS
LES LAMENTATIONS DE JÉRÉMIE
Comme elle
est désertée la populeuse !
Comme, après
tant d’honneurs, la voilà veuve !
La reine des
nations est aux corvées.
Ses nuits
sont des sanglots, les pleurs l’inondent.
Pas un consolateur
sur tant d’amants.
Ses amis n’ont
cherché qu’à la trahir.
Son peuple
est asservi et déporté.
Il n’a chez
les nations aucun repos.
C’est aux lieux
sans issue qu’il est traqué.
Plus de fête
à Sion : chemins en deuil,
Portes
abandonnées, prêtres en larmes,
Vierges au
désespoir, malheur sans borne.
Les ennemis
vainqueurs la tyrannisent.
Si Dieu l’afflige
ainsi c’est pour ses fautes.
On vit
partir captifs jusqu’aux enfants.