miércoles, 8 de abril de 2020

Francisco Gregorio de Salas y Jean Grosjean: Primera Lamentación de Jeremías



OFICIO DE TINIEBLAS
LAMENTACIÓN PRIMERA
del primer día

Incipit lamentatio Jeremia Propheta.

Aleph. Quomodo sedet sola civitas plena populo!
Facta est quasi vidua domina gentium;
princeps provinciarum facta est sub tributo.

Aquella gran ciudad, que en otro tiempo,
llena se vio de pueblo y opulencia,
a tanta decadencia
la condujo su yerro endurecido
que todo su esplendor ha fenecido;
lamentándose sola en su quebranto
sin otra compañía que su llanto.

Aquella que las gentes dominaba,
aquella que las leyes imponía,
se mira en este día
triste y acongojada;
y tan desconsolada
como está la viuda en dolor raro,
que el marido perdió, y en él su amparo.

La señora del mundo descubierto,
a cuyo templo santo concurrían
las peregrinas gentes que venían
a la solemne pascua con sus votos,
ya de su imperio rotos
los dominantes fueros soberanos,
tributaria se ve de los paganos.

Beth. Plorans ploravit in nocte, et lacrymae ejus in maxillis ejus;
non est qui consoletur eam, ex omnibus charis ejus;
omnes amici ejus spreverunt eam, et facti sunt ei inimici.

Llorando sin cesar toda la noche,
sus mejillas en lágrimas bañadas,
del triste humor regadas,
nunca enjutas se vieron,
siempre con su dolor permanecieron,
durando en ellas tanto,
como su triste y mísero quebranto.

De todos sus amigos no ha quedado
quien la pueda ofrecer algún consuelo
en su pena y desvelo;
pues los unos en ella amedrentados,
los otros desterrados,
con las desgracias que a dolor les mueven,
no pueden unos, y otros no se atreven.

Otros amigos falsos, e inconstantes,
al mirarla abatida la desprecian;
pues como sólo aprecian
aquel falso esplendor del mundo vano,
viéndola dominada de otra mano,
ingratos a su fe y abominables,
se vuelven enemigos execrables.

Ghimel. Migravit Juda propter afflictionem, et multitudinem servitutis;
habitavit inter gentes, nec invenit requiem;
omnes persecutores ejus apprehenderunt eam inter angustias.

Judá peregrinó, prófuga y triste,
al ver tanta aflicción y desconsuelo,
buscando a su desvelo
algún alivio y breve desahogo;
pues el cruel ahogo
hizo llegar su pena hasta la cumbre
de la más rigurosa servidumbre.

Después de andar errante por el orbe
habitó entre las gentes sin consuelo;
pues el patricio celo
y amor tan radicado
a su pueblo por Dios santificado
dominando los senos de su alma,
nunca entre los gentiles halló calma.

De la santa ciudad acometida
por sus perseguidores,
fueron los moradores
arrojados en mísero destierro,
y ella en justo castigo de su yerro,
entre angustias se mira aprisionada
y de bárbaros pueblos dominada.

Daleth. Viae Sion lugent, eo quod non sint qui veniant ad solemnitatem;
omnes portae ejus destructae, sacerdotes ejus gementes;
virgines ejus squalidae, et ipsa oppressa amaritudine.

De Sion los caminos frecuentados
se cubren de dolor, de llanto y pena,
al ver que en tan cruel y triste escena
faltaron ya las tribus y las gentes
que venían por ellos, reverentes,
a la solemnidad  y a los oficios
de los santos y antiguos sacrificios.

Viendo todas sus puertas derribadas
gimen sus sacerdotes sin consuelo,
sus vírgenes se ven en tanto anhelo
del dolor oprimidas,
pálidas, macilentas y afligidas;
y de Sion la gloria y hermosura
convertida en oprobio y amargura.


He. Facti sunt hostes ejus in capite, inimici ejus locupletati sunt,
quia Dominus locutus est super eam propter multitudinem iniquitatum ejus;
parvuli ejus ducti sunt in captivitatem ante faciem tribulantis.

Sus fieros enemigos la dominan
y se enriquecen ya con sus despojos;
pues teniendo a los ojos
los avisos de Dios tan abundantes,
ella en pasos errantes,
solo siguió la senda maliciosa
de la maldad y culpa licenciosa.

Sus inocentes niños son llevados
en la tribulación de tantas penas,
pisando del desierto las arenas,
al mas bárbaro y duro cautiverio,
y del suave imperio
de sus nativos reyes soberanos
al dominio cruel de los paganos.

Jerusalem, Jerusalem, convertere ad Dominum Deum tuum.

¡Oh tú Jerusalén, ciudad ingrata,
oh tú Jerusalén, ciudad aleve!,
el raudal de tus lágrimas desata,
y, obediente al auxilio que te mueve,
vuelve a buscar a aquel que te dilata
el tiempo, que te pudo dar más breve;
y, acogida a su amparo y su clemencia,
conviértete a tu Dios y haz penitencia.

FRANCISCO GREGORIO DE SALAS

LES LAMENTATIONS DE JÉRÉMIE

Comme elle est désertée la populeuse !
Comme, après tant d’honneurs, la voilà veuve !
La reine des nations est aux corvées.

Ses nuits sont des sanglots, les pleurs l’inondent.
Pas un consolateur sur tant d’amants.
Ses amis n’ont cherché qu’à la trahir.

Son peuple est asservi et déporté.
Il n’a chez les nations aucun repos.
C’est aux lieux sans issue qu’il est traqué.

Plus de fête à Sion : chemins en deuil,
Portes abandonnées, prêtres en larmes,
Vierges au désespoir, malheur sans borne.

Les ennemis vainqueurs la tyrannisent.
Si Dieu l’afflige ainsi c’est pour ses fautes.
On vit partir captifs jusqu’aux enfants.