MARINA
Quis hic locus, quae regio, quae mundi plaga?
What seas what shores what grey rocks and what islands
What water lapping the bow
And scent of pine and the woodthrush singing through the fog
What images return
O my daughter.
Those who sharpen the tooth of the dog, meaning
Death
Those who glitter with the glory of the humming-bird, meaning
Death
Those who sit in the sty of contentment, meaning
Death
Those who suffer the ecstasy of the animals, meaning
Death
Are become unsubstancial, reduced by a wind
A breath of pine, and the woodsong fog
By this grace dissolved in place
What is this face, less clear and clearer
The pulse in the arm, less strong and Stronger—
Given or lent? more distant than stars and nearer than the eye
Whispers and small laughter between leaves and hurrying feet
Under sleep, where all the waters meet.
Bowsprit cracked with ice and paint cracked with heat.
I made this, I have forgotten
And remember.
The rigging weak and the canvas rotten
Between one June and another September.
Made this unknowing, half conscious, unknown, my own.
The garboard strake leaks, the seams need caulking.
This form, this face, this life
Living to live in a world of time beyond me; let me
Resign my life for this life, my speech for that unspoken,
The awakened, lips parted, the hope, the new ships.
What seas what shores what granite islands towards my timbers
And woodthrush calling through the fog
My daughter.
MARINA
Quis hic locus, quae regio, quae mundi plaga?
¡Qué mares, qué costas, qué rocas grises y qué islas; qué agua claqueando en la proa; y el aroma del pino y el tordo cantando entre la bruma! ¡Qué imágenes vuelven, hija mía!
Los que afilan el diente del perro, representando la muerte: los que lucen con la gloria del colibrí, representando la muerte; los sentados en la pocilga de la satisfacción, representando la muerte; los que padecen el éxtasis de los animales, representando la muerte; se han vuelto insustanciales, han sido reducidos por un viento, un aliento de pino, la bruma cantabosques; por esta gracia fueron disueltos en su sitio.
¿Qué cara es ésta, menos clara y más clara; qué pulso en el brazo, menos fuerte y más fuerte (dado o prestado), distante más que las estrellas y más cercano que el ojo? Susurros y risillas entre hojas y pasos raudos bajo el sueño, donde todas las aguas se reúnen.
¡Bauprés rajado de hielo y barniz abierto del calor! Yo lo hice, lo olvidé y lo recuerdo. ¡La jarcia endeble y la lona podrida, entre junio y aquel setiembre! Yo hice míos esta inocencia, esta subconsciencia, este desconocimiento. ¡La traca de la cubierta hace agua, las juntas están pidiendo brea! Esta forma, esta cara, esta vida que vive para vivir en un mundo de tiempo mayor que yo. Déjame renunciar a mi vida por esta vida, a mi palabra por la no hablada ¡El despertar, los labios abiertos, la esperanza, los nuevos barcos!
¡Qué mares, qué costas, qué islas de granito hacia mis maderos! ¡Y el tordo llamando entre la bruma, hija mía!
Traducción de JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
MARINA
Quis hic locus, quae regio, quae mundi plaga?
Qué mares qué costas qué grises rocas y qué islas
Qué aguas salpicando la proa
Y esencia de pino y el zorzal cantando a través de la niebla
Qué imágenes vuelven
Oh hija mía.
Aquellas que afilan los colmillos del perro, significando
Muerte
Aquellas que brillan con la gloria del colibrí, significando
Muerte
Aquellas que se sientan en la miserable morada del contento, significando
Muerte
Aquellas que sufren el éxtasis de los animales, significando
Muerte.
Han perdido la sustancia, reducidas por el viento,
Un aliento de pino, y la silvestre canción de la niebla
Por esta gracia disuelta en este lugar.
Qué rostro es éste, menos claro y más claro
El pulso en los brazos, menos fuerte y más fuerte—
¿Propio o ajeno? lejos de las estrellas, cerca de los ojos
Susurros y risillas entre las hojas y los pies apresurados
Bajo el sueño, donde las aguas se encuentran.
El bauprés roto por el viento y la pintura resquebrajada por el sol.
Yo he hecho esto, y lo he olvidado
Pero recuerdo.
El débil aparejo y las lonas podridas
Entre un Junio y otro Septiembre.
Lo hice sin saberlo, medio consciente, desconociéndome, a mí mismo
La hilada del armazón se deshace, y las costuras necesitan calafateo.
Esta forma, este rostro, esta vida
Viven para vivir en un mundo, en un tiempo más allá de mí; déjame
Renunciar a mi vida por esta vida, a mi palabra por aquella inefable,
La desvelada, los labios abiertos, la esperanza, los nuevos navíos.
Qué mares qué costas qué islas de granito contra mis cuadernas
Y el zorzal llamándome a través de la niebla
¡Hija mía!
Traducción de NICOLÁS SALERNO FERNÁNDEZ