sábado, 10 de mayo de 2025

Juan Rodolfo Wilcock y Juan Rodolfo Wilcock: Tres sonetos


EN LA MAÑANA FRESCA

(HABLA UNA PALOMA)

 

En la mañana fresca ambulativa

sobrevolé un islote cenagoso;

los olivos brillaban, y en un pozo

tres personas flotaban boca arriba.

 

Traje una rama a la nauseante estiba;

entré posada en un tapir o un oso

y con voz de animal clamé en el foso:

«El móvil ácueo al Ararat arriba».

 

«Pronto saldremos, bestias navegantes,

sin más recuerdos de esta sociedad

que nos produjo tantos ascos antes».

 

Como en la cárcel, la promiscuidad

formó lazos que no han de mantenerse

cuando el establo en tierra se disperse.

 

NELLA MATTINA FRESCA

(PARLA UNA COLOMBA)

 

Nella mattina fresca ambulativa

sorvolai un isolotto fangoso;

gli ulivi brillavano, e in un pozzo

tre morti gallegiavano supini.

 

Portai un ramo nella nauseante stiva;

entrai sul capo di un tapiro o un orso

e con voce di bestia proclamai :

«Il mobile acqueo all'Ararat arriva».

 

«Presto usciremo, bestie naviganti,

senza ricordi di questa società

che tante nausee ci produsse prima».

 

Come nel carcere, la promiscuità

creò legami che si scioglieranno

quando la stalla in terra andrà dispersa.

 


EN TI PIENSO DE NOCHE

 

En ti pienso de noche, alma querida;

cierro los ojos en la sombra y siento

el constelado y fabuloso viento

del éter que me arrastra en su caída;

 

el éter sideral donde impelida

te uniste a mi arbitrario movimiento,

alma de tan virtuoso sentimiento,

y en todo instante de piedad vestida.

 

Pienso: el premio de haberte conocido

es por algo que aún no he cometido

y que un gran dios aguarda con orgullo;

 

un dios que remunera de antemano

al permitir que sea un mero humano

eternamente, eternamente tuyo.

 

A TE PENSO DI NOTTE

 

A te penso di notte, anima cara;

nella penombra chiudo gli occhi e sento

il costellato e favoloso vento

dell'etere che cade e mi trascina;

 

l'etere siderale in cui sospinta

ti unisti al mio arbitrario movimento,

anima di cosí puro sentimento,

e in ogni istante di pietà vestita.

 

Penso : il premio di averti conosciuta

è per qualcosa che non ho fatto ancora

e che un gran dio aspetta con orgoglio;

 

un dio che rimunera in anticipo

permettendo che sia un mero umano

eternamente, eternamente tuo.

 


ES EL FONDO DEL MAR

 

Es el fondo del mar, es un cristal

azulado y fluctuante en cadenciosas

ondas oscuras de hojas y de rosas

que oscilan en el aire inmaterial.

 

Y la luna desciende a un manantial;

el rocío, las aves silenciosas,

las cintas olvidadas por las diosas

entre la hierba, ¡oh noche espiritual,

 

hondo techo de estrellas, firmament

sobre la vaguedad del universo,

ámbito donde nace el pensamiento!

 

Confundido en las sombras soy un alma

acostado en la tierra me disperse

en las ondulaciones de la calma.

 

È IL FONDO DEL MARE

 

È il fondo del mare, è un cristallo

azzurro e ondeggiante in cadenzati

flutti scuri di foglie e di rose

che oscillano nell’raria immateriale.

 

E la luna discende a una sorgente;

la rugiada, gli uccelli silenziosi,

i nastri abbandonati dalle dee

in mezzo all'erba, oh notte spirituale,

 

alto tetto di stelle, firmamento

sopra la tenuità dell'universo,

ambito donde nasce ogni pensiero !

 

Indistinto tra le ombre sono un'anima

coricato per terra mi disperdo

nelle ondulazioni della calma.

JUAN RODOLFO WILCOCK




martes, 6 de mayo de 2025

Charles Baudelaire: Poemas en prosa XII. Las muchedumbres

 

XII

LES FOULES

 

Il n’est pas donné à chacun de prendre un bain de multitude : jouir de la foule est un art ; et celui-là seul peut faire, aux dépens du genre humain, une ribote de vitalité, à qui une fée a insufflé dans son berceau le goût du travestissement et du masque, la haine du domicile et la passion du voyage.

Multitude, solitude : termes égaux et convertibles pour le poëte actif et fécond. Qui ne sait pas peupler sa solitude, ne sait pas non plus être seul dans une foule affairée.

Le poëte jouit de cet incomparable privilège, qu’il peut à sa guise être lui-même et autrui. Comme ces âmes errantes qui cherchent un corps, il entre, quand il veut, dans le personnage de chacun. Pour lui seul, tout est vacant ; et si de certaines places paraissent lui être fermées, c’est qu’à ses yeux elles ne valent pas la peine d’être visitées.

Le promeneur solitaire et pensif tire une singulière ivresse de cette universelle communion. Celui-là qui épouse facilement la foule connaît des jouissances fiévreuses, dont seront éternellement privés l’égoïste, fermé comme un coffre, et le paresseux, interné comme un mollusque. Il adopte comme siennes toutes les professions, toutes les joies et toutes les misères que la circonstance lui présente.

Ce que les hommes nomment amour est bien petit, bien restreint et bien faible, comparé à cette ineffable orgie, à cette sainte prostitution de l’âme qui se donne tout entière, poésie et charité, à l’imprévu qui se montre, à l’inconnu qui passe.

Il est bon d’apprendre quelquefois aux heureux de ce monde, ne fût-ce que pour humilier un instant leur sot orgueil, qu’il est des bonheurs supérieurs au leur, plus vastes et plus raffinés. Les fondateurs de colonies, les pasteurs de peuples, les prêtres missionnaires exilés au bout du monde, connaissent sans doute quelque chose de ces mystérieuses ivresses ; et, au sein de la vaste famille que leur génie s’est faite, ils doivent rire quelquefois de ceux qui les plaignent pour leur fortune si agitée et pour leur vie si chaste.

 

XII

LAS MUCHEDUMBRES

 

No a todos está dado mezclarse con la multitud: gozar de la muchedumbre es un arte; y el único que puede darse, a costa del género humano, un atracón de vitalidad, es aquel a quien un hada le ha insuflado en la cuna el gusto por el disfraz y la máscara, el odio al domicilio y la pasión por el viaje.

Multitud, soledad: términos iguales e intercambiables para el poeta activo y fecundo. Quien no sabe poblar su soledad, tampoco sabe estar solo en medio de una muchedumbre atareada.

El poeta goza del incomparable privilegio de poder ser, a su antojo, él mismo y alguien distinto. Como esas almas errantes que buscan un cuerpo, entra, cuando así lo quiere, en el personaje de cualquier otro. Para él, sólo para él, todo lugar está vacante; y si algunos parecen estarle vedados, es porque estima que no vale la pena visitarlos.

El caminante solitario y pensativo encuentra una singular embriaguez en esa comunión universal. El que se une fácilmente a la muchedumbre experimenta deleites febriles, de los que se estarán eternamente privados el egoísta, cerrado como un baúl, y el perezoso, recluido como un molusco. Adopta como suyas todas las profesiones, todas las alegrías y todas las miserias que las circunstancias le presentan.

Lo que los hombres llaman amor es muy pequeño, muy restringido y muy débil, comparado con esa inefable orgía, con esa santa prostitución del alma que se entrega por entero, poesía y caridad, a lo imprevisto que se muestra, a lo desconocido que pasa.

Está bien enseñarles a veces a los felices de este mundo, aunque más no fuese para humillar por un momento su tonto orgullo, que hay felicidades superiores a la suya, mayores y más refinadas. Los fundadores de colonias, los pastores de pueblos, los sacerdotes misioneros exiliados en los confines de la tierra, conocen sin duda algo de esas misteriosas embriagueces; y, en el seno de la vasta familia que su genio se ha formado, deben reírse a veces de los que se compadecen de ellos por su destino tan agitado y su vida tan casta.

 

CHARLES BAUDELAIRE

Traducción de Carlos Cámara y Miguel Ángel Frontán