jueves, 11 de junio de 2009

Léon Bloy, los "suyos" y la prensa



Inpropria venit et sui eum non receperunt. Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron. Pensaba en este versículo del Evangelio según San Juan, mientras leía la reseña que sacó ayer El Mundo de Madrid de la traducción que hicimos con Carlos Cámara de La mujer pobre de Léon Bloy. No creo yo que Bloy sea un escritor de derechas, como tantos lo piensan. Es menos que eso y es mucho más. Es un contrarrevolucionario a lo De Maistre, en sus comienzos, y va mucho más allá a lo largo de su obra. Bloy es un cristiano que piensa que el mundo moderno, desde la Reforma, está condenado. Sólo queda, pues, ocuparse de la propia alma. Con su radicalismo y su violencia verbal inigualables, no está tan lejos, como podría parecer a primera vista, de Angela da Foligno o Teresa de Jesús.

Y volviendo al principio, los periódicos de centroderecha no lo quieren o lo ignoran. En Argentina, La Nación lo ignoró. No hablemos de la prensa católica, si es que todavía existe. En Madrid, El Mundo se ocupa hoy de él, y parece acumular los lugares comunes y los malentendidos. Hasta ahora, el mejor artículo que mereció esta nueva edición de La mujer pobre se publicó en... Página 12, diario de izquierdas si los hay.

Los "suyos" no lo recibieron, ni vivo ni muerto, pero el día del entierro del viejo "blasfemador por amor" estuvo presente una delegación de la Federación Anarquista de Bourg-la-Reine...

León Bloy: contrarrevolución y desmesura novelística
Tuyo es el reino

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