lunes, 25 de junio de 2018

Paul Éluard y Aldo Pellegrini: En el corazón de mi amor

AU CŒUR DE MON AMOUR

Un bel oiseau me montre la lumière
Elle est dans ses yeux, bien en vue.
Il chante sur une boule de gui
Au milieu du soleil.

* * *

Les yeux des animaux chanteurs
Et leurs chants de colère ou d’ennui
M’ont interdit de sortir de ce lit.
J’y passerai ma vie.

L’aube dans des pays sans grâce
Prend l’apparence de l’oubli.
Et qu’une femme émue s’endorme, à l’aube,
La tête la première, sa chute l’illumine.

Constellations
Vous connaissez la forme de sa tête
Ici, tout s’obscurcit :
Le paysage se complète, sang aux joues,
Les masses diminuent et coulent dans mon cœur
Avec le sommeil.
Et qui donc veut me prendre le cœur ?

* * *

Je n’ai jamais rêvé d’une si belle nuit.
Les femmes du jardin cherchent à m’embrasser –
Soutiens du ciel, les arbres immobiles
Embrassent bien l’ombre qui les soutient

Une femme au cœur pâle
Met la nuit dans ses habits.
L’amour a découvert la nuit
Sur ses seins impalpables.

Comment prendre plaisir à tout ?
Plutôt tout effacer.
L’homme de tous les mouvements,
De tous les sacrifices et de toutes les conquêtes
Dort. Il dort, il dort, il dort.
Il raye de ses soupirs la nuit minuscule, invisible.

Il n’a ni froid, ni chaud.
Son prisonnier s’est évadé – pour dormir
Il n’est pas mort, il dort
Quand il s’est endormi
Tout l’étonnait,
Il jouait avec ardeur,
Il regardait,
Il entendait.
Sa dernière parole :
« Si c’était à recommencer, je te rencontrerais sans te chercher. »

II dort, il dort, il dort.
L’aube a eu beau lever la tête,
Il dort.
Mourir de ne pas mourir.
EN EL CORAZÓN DE MI AMOR

Un hermoso pájaro me muestra la luz
Que aparece claramente en sus ojos
Un pájaro que canta sobre una bola de muérdago
En medio del sol.

***

Los ojos de los animales cantores
y sus cantos de cólera o de hastío
Me prohíben dejar este lecho
Donde pasaré la vida.

El alba en países sin encanto
Toma las apariencias del olvido
y si al alba una mujer conmovida se adormece
Al caer de cabeza, su caída la ilumina.

Constelaciones,
Conocéis la forma de su cabeza.
Aquí todo se oscurece:
El paisaje se completa, las mejillas se encienden
Las masas disminuyen y circulan por mi corazón
Unidas al sueño.
¿y hay quién quiera tomar mi corazón?

***

Jamás soñé con noche tan bella
Las mujeres del jardín tratan de besarme
Sostenes del cielo, los árboles inmóviles
Abrazan fuertemente la sombra que los sostiene.

Una mujer de corazón pálido
Guarda la noche en sus vestidos
El amor ha descubierto la noche
Sobre sus senos impalpables.

¿Cómo poder gozar de todo?
Mejor borrarlo todo.
El hombre de la movilidad total
Del sacrificio total, de la conquista total
Duerme. Duerme, duerme, duerme.
Borra con sus suspiros la noche minúscula, invisible.

No sufre ni frío ni calor.
Su prisionero se ha evadido para dormir
No está muerto, duerme.

Mientras dormía
Todo lo asombraba,
Jugaba ardorosamente,
Miraba,
Oía.
Su última palabra:
“Si volviera a empezar, te encontraría sin buscarte”.

Él duerme, duerme, duerme.
En vano el alba alza la cabeza,
Él duerme.

Traducción de ALDO PELLEGRINI.
Antología de la poesía surrealista. Buenos Aires, 1961.

miércoles, 20 de junio de 2018

Gerard Manley Hopkins y Juan Tovar: Henry Purcell

HENRY PURCELL

The poet wishes well to the divine genius of Purcell and praises him that, whereas other musicians have given utterance to the moods of man’s mind, he has, beyond that, uttered in notes the very make and species of man as created both in him and in all men generally.

HAVE, fair fallen, O fair, fair have fallen, so dear 
To me, so arch-especial a spirit as heaves in Henry Purcell,         
An age is now since passed, since parted; with the reversal          
Of the outward sentence low lays him, listed to a heresy, here.    

Not mood in him nor meaning, proud fire or sacred fear,
Or love or pity or all that sweet notes not his might nursle:          
It is the forgèd feature finds me; it is the rehearsal
Of own, of abrupt self there so thrusts on, so throngs the ear.       

Let him Oh! with his air of angels then lift me, lay me! only I’ll 
Have an eye to the sakes of him, quaint moonmarks, to his pelted plumage under         
Wings: so some great stormfowl, whenever he has walked his while       

The thunder-purple seabeach plumèd purple-of-thunder,  
If a wuthering of his palmy snow-pinions scatter a colossal smile
Off him, but meaning motion fans fresh our wits with wonder.

Oxford, April 1879.

HENRY PURCELL

El poeta desea ventura al divino genio de Purcell y lo alaba porque, mientras otros músicos han dado expresión a los estados del alma humana, él fue más allá para enunciar en notas la hechura y especie misma del hombre tal como se creó en él y en todos los hombres en general.

Dulce bien haya, oh dulce, dulce bien haya, tan amado
De mí, tan especial espíritu como alienta en Henry Purcell,
Una edad hace ya cuya partida; con la revocación
De la sentencia externa que lo abaja, enlistado en herejía, aquí.

No es en él sentimiento ni intención, soberbio fuego o pavor sagrado,
O amor, o piedad, o todo lo que melodías no suyas pudieran nutrir:
Es la facción forjada que me encuentra; es el ejercicio
Del propio, el abrupto ser ahí que así arremete, así abarrota el oído.

¡Venga pues y con su aire de ángeles me eleve, me derribe! pero yo
Detendré la mirada en sus mores, prístinas marcas  lunares, en su plumaje moteado bajo
Las alas: así alguna gran ave de tormenta, cuando  ha caminado a su gusto

La tonante púrpura ribera, plumada púrpura-de-trueno,
Si en clamor sus níveas alas triunfales desparraman una sonrisa colosal,
Mas la intención de movimiento abanica de asombro los sentidos.

Traducción de JUAN TOVAR.

viernes, 15 de junio de 2018

René Char y Aldo Pellegrini: La lujuria

LA LUXURE

L’aigle voit de plus en plus s’effacer les pistes de la mémoire gelée
L’étendue de solitude rend à peine visible la proie filante
À travers chacune des régions
Où l’on tue où l’on est tué sans contrainte
Proie insensible
Projetée indistinctement
En deçà du désir et au-delà de la mort

Le rêveur embaumé dans sa camisole de force
Entouré d’outils temporaires
Figures aussitôt évanouies que composées
Leur révolution célèbre l’apothéose de la vie déclinante
La disparition progressive des parties léchées
La chute des torrents dans l’opacité des tombeaux
Les sueurs et les malaises annonciateurs du feu central
L’univers enfin de toute sa poitrine athlétique
Nécropole fluviale
Après le déluge des sourciers

Ce fanatique des nuages
A le pouvoir surnaturel
De déplacer sur des distances considérables
Les paysages habituels
De rompre l’harmonie agglomérée
De rendre méconnaissables lieux funèbres
Au lendemain des meurtres productifs
Sans que la conscience originelle
Se couvre du purificateur glissement de terrain.
RENÉ CHAR.
Le Marteau sans maître.


LA LUJURIA

El águila ve como se borran gradualmente las huellas de la memoria helada
La extensión de la soledad hace apenas visible la presa que huye
A través de cada una de las regiones
Donde uno mata donde a uno lo matan libremente
Presa insensible
Proyectada indistintamente
Más acá del deseo y más allá de la muerte

El soñador embalsamado en su camisa de fuerza
Rodeado de utensilios efímeros
Figuras que se desvanecen apenas formadas
Su revolución celebra la apoteosis de la vida que declina
La desaparición progresiva de las partes lamidas
La caída de los torrentes en la opacidad de las tumbas
Los sudores y malestares que anuncian el fuego central
y finalmente el universo con todo su pecho atlético
Necrópolis fluvial
Después del diluvio de los rabdomanres

Ese fanático de las nubes
Tiene el poder sobrenatural
De desplazar a considerables distancias
Los paisajes habituales
De romper la armonía acumulada
De tornar irreconocibles los lugares fúnebres
Al día siguiente de los homicidios provechosos
Sin que la conciencia originaria
Se cubra con el deslizamiento purificador del suelo.

Traducción de ALDO PELLEGRINI.
Antología de la poesía surrealista. Buenos Aires, 1961.

domingo, 10 de junio de 2018

Robert Lowell y Alberto Girri: Dea Roma

DEA ROMA

Augustus mended you. He hung the tongue
Of Tullius upon your rostrum, lashed
The money-lenders from your Senate-house;
And Brutus bled his forty-six per cent
For Pax Romana. Quiet as a mouse
Blood licks the king's cosmetics with its tongue.

Some years, your legions soldiered through this world
Under the eagles of Lord Lucifer;
But human torches lit the captain home
Where victims warped the royal crucifix:
How many roads and sewers led to Rome.
Satan is pacing up and down the world

These sixteen centuries, Eternal City,
That we have squandered since Maxentius fell
Under the Milvian Bridge; from the dry dome
Of Michelangelo, your fisherman
Walks on the water of a draining Rome
To bank his catch in the Celestial City.

DEA ROMA

Augusto te enmendó. Colgó la lengua
de Tulio sobre tu tribuna, a latigazos
arrojó de tu Senado a los usureros;
y Bruto arrancó su cuarenta y seis por ciento
para la Pax Romana. Silenciosa como un ratón
la sangre lame con su lengua los afeites del rey.

Durante años tus legiones militaron por este mundo
bajo las águilas del Señor Lucifer, pero antorchas humanas
iluminaron a los capitanes el camino a casa
allí donde las víctimas curvaban el crucifijo real:
¡Cuántas calles y cloacas llevaron a Roma!
Satán se pasea de un lado a otro por el mundo

en estos dieciséis siglos, oh Ciudad Eterna,
que hemos dilapidado desde que Majencia cayó
bajo el puente Milvio; de la seca cúpula
de Miguel Ángel, tu pescador
camina sobre las aguas de una Roma sin pantanos
para depositar su redada en la Ciudad Celestial.

Traducción y nota de ALBERTO GIRRI.

Notas:
V. 2. Tullius: Cicerón.
V. 4.  And Brutus bled bis forty-six per cent: Marco Bruto, según revela Cicerón en su correspondencia, cuando estuvo destacado en Asia Menor se comportó como un prestamista sin escrúpulos. En Salamina, Chipre, había llegado a prestar dinero hasta al cuarenta y ocho por ciento de interés.
V. 9. human torches lit: Los mártires cristianos, crucificados y entregados a las llamas, iluminan como antorchas el retorno de las legiones de Roma diseminadas a la conquista del mundo.
V. 14. Maxentius felt: Se refiere al triunfo de Constantino sobre Majencio, en el año 312, y la subsiguiente promulgación del Edicto de Milán, por el cual el cristianismo es instituido como religión oficial del Imperio.
Mediante un episodio de la historia de Roma, el momento en que Augusto crea medidas en contra de los ricos usureros de la ciudad, prosigue Lowell su insistente meditación sobre la descomposición del mundo y el llamado a la fe, meditación cuyo corolario es que desde la entrada de Constantino en Roma, hace dieciséis siglos, nada hemos hecho para que esa fe retorne, para que la Ciudad Celestial sea la sede y gobierno de nuestras almas. "Dea Roma" constituye una excelente muestra de la agudeza de percepción de Lowell ante los hechos históricos, y de su capacidad para mostrar un pasado que prefigura lo presente del mundo, y un presente que contiene el pasado.




martes, 5 de junio de 2018

Robert Burns y Juan Rodolfo Wilcock: Mary Morison

MARY MORISON

O Mary, at thy window be,
         It is the wish'd, the trysted hour!
Those smiles and glances let me see,
         That makes the miser's treasure poor:
How blythely wad I bide the stoure,
         A weary slave frae sun to sun,
Could I the rich reward secure,
         The lovely Mary Morison.

Yestreen when to the trembling string
         The dance gaed thro' the lighted ha'
To thee my fancy took its wing,
         I sat, but neither heard nor saw:
Tho' this was fair, and that was braw,
         And yon the toast of a' the town,
I sigh'd, and said amang them a',
         "Ye are na Mary Morison."

O Mary, canst thou wreck his peace,
         Wha for thy sake wad gladly die?
Or canst thou break that heart of his,
         Whase only faut is loving thee?
If love for love thou wilt na gie
         At least be pity to me shown:
A thought ungentle canna be
         The thought o' Mary Morison.



MARY MORISON

¡Oh Mary, asómate a tu ventana, a la hora esperada y deseada! Déjame ver esas sonrisas y esas miradas que eclipsan el tesoro del avaro; qué alegremente soportaría la lucha, fatigado esclavo de sol a sol, si pudiera obtener la espléndida recompensa, la hermosa Mary Morison.
Ayer, cuando al son tembloroso de las cuerdas la danza giraba por el salón iluminado, mi fantasía voló hacia ti. Allí estaba yo, pero ni veía ni oía; aunque ésta era hermosa, y aquélla morena, y la otra envidia de todo el pueblo, yo suspiraba, y decía entre ellas: "Vosotras no sois Mary Morison".
¡Oh Mary! ¿puedes destruir la calma de quien por ti alegremente moriría? ¿Puedes romper un corazón cuya sola culpa es amarte? Si no quieres devolverme amor por amor, demuestra por lo menos compasión; un pensamiento cruel no puede ser el pensamiento de Mary Morison.


Traducción de JUAN RODOLFO WILCOCK.

viernes, 1 de junio de 2018

Gerard Manley Hopkins y Juan Tovar: Felix Randal

FELIX RANDAL

Felix Randal the farrier, O is he dead then? my duty all ended,
Who have watched his mould of man, big-boned and hardy-handsome
Pining, pining, till time when reason rambled in it, and some
Fatal four disorders, fleshed there, all contended?

Sickness broke him. Impatient, he cursed at first, but mended
Being anointed and all; though a heavenlier heart began some
Months earlier, since I had our sweet reprieve and ransom
Tendered to him. Ah well, God rest him all road ever he offended!

This seeing the sick endears them to us, us too it endears.
My tongue had taught thee comfort, touch had quenched thy tears,
Thy tears that touched my heart, child, Felix, poor Felix Randal;

How far from then forethought of, all thy more boisterous years,
When thou at the random grim forge, powerful amidst peers,
Didst fettle for the great grey drayhorse his bright and battering sandal!


 
FELIX RANDAL

Felix Randal el herrero, oh ¿ha muerto entonces? ¿concluido ya mi deber,
Que contemplé su hechura de hombre, huesos grandes y recia apostura,
Decaer, decaer, hasta el tiempo que en él la razón se extravió y unos
Cuatro desórdenes fatales, ahí encarnados, contendieron todos?

Lo quebró la enfermedad. Impaciente, maldecía al principio, pero se enmendó
Una vez ungido y todo; si bien su temple celestial comenzó pocos
Meses antes, desde que por mi mediación nuestro dulce alivio y rescate
Le fuera administrado. Ah bien, ¡Dios lo descanse y a toda senda que jamás ofendió!

Este ver a los enfermos nos encariña con ellos, los encariña también.
Mi lengua te enseñó consuelo, mi tacto extinguió tus lágrimas,
Tus lágrimas que mi corazón tocaban, hijo, Felix, pobre Felix Randal;

¡Qué lejos de entonces el presentimiento, en tus años de mayor bullicio,
Cuando en la tosca fragua sombría, poderoso entre iguales,
Forjabas al gris percherón su brillante y sonora sandalia!

Liverpool, 28 de abril de 1880.
Traducción de JUAN TOVAR.