viernes, 12 de diciembre de 2025

Ezra Pound y dos versiones argentinas: La Fraisne

LA FRAISNE

For I was a gaunt, grave councilor

Being in all things wise, and very old,

But I have put aside this folly and the cold

That old age weareth for a cloak.

 

I was quite strong—at least they said so—

The young men at the sword-play;

But I have put aside this folly, being gay

In another fashion that more suiteth me.

 

I have curled ‘mid the boles of the ash wood,

I have hidden my face where the oak

Spread his leaves over me, and the yoke

Of the old ways of men have I cast aside.

 

By the still pool of Mar-nan-otha

Have I found me a bride

That was a dog-wood tree some syne.

She hath called me from mine old ways

She hath hushed my rancour of council,

Bidding me praise

 

Naught but the wind that flutters in the leaves.

 

She hath drawn me from mine old ways,

Till men say that I am mad;

But I have seen the sorrow of men, and am glad,

For I know that the wailing and bitterness are a folly.

 

And I? I have put aside all folly and all grief.

I wrapped my tears in an ellum leaf

And left them under a stone

And now men call me mad because I have thrown

All folly from me, putting it aside

To leave the old barren ways of men,

Because my bride

Is a pool of the wood, and

Though all men say that I am mad

It is only that I am glad,

Very glad, for my bride hath toward me a great love

That is sweeter than the love of women

That plague and burn and drive one away.

 

Aie-e! ‘Tis true that I am gay

              Quite gay, for I have her alone here

              And no man troubleth us.

 

Once when I was among the young men…

And they said I was quite strong, among the young men.

Once there was a woman…

…but I forget… she was...

…I hope she will not come again.

 

…I do not remember…

I think she hurt me once, but…

That was very long ago.

 

I do not like to remember things any more.

 

I like one little band of winds that blow

In the ash trees here:

For we are quite alone

Here ‘mid the ash trees.

EZRA POUND 

EL FRESNO

Pues era yo un solitario y grave consejero,

en todos los asuntos sabio, y muy anciano,

pero he dejado de lado esta locura y el frío

que la vejez usa como manto.

 

Era bastante fuerte, o al menos eso decían

los jóvenes practicando esgrima;

pero he dejado de lado esta locura, pues me alegro

de otra manera que mejor me sienta.

 

Me he enroscado en los troncos de los fresnos,

he escondido el rostro donde el roble

extiende sus hojas sobre mí, y el yugo

de las antiguas costumbres de los hombres desechado.

 

Junto al tranquilo estanque de Mar-nan-otha

encontré una esposa,

que antes era un cerezo silvestre.

Ella me ha rescatado de mis viejas costumbres

ella ha aplacado mi rencor de consejero,

haciendo que nada más ponderara

 

el viento que aletea entre las hojas.

 

Ella me ha apartado de mis viejas costumbres,

al punto de que los hombres dicen que estoy loco;

pero he visto el dolor de los hombres, y me alegro.

Porque sé que el lamento y la amargura son una locura.

 

¿Y yo? Yo he dejado de lado toda locura y toda pena.

Envolví mis lágrimas en una hoja de olmo

y las dejé debajo de una piedra

y ahora los hombres me llaman loco porque he arrojado

de mí toda forma de locura, apartándola

para abandonar las viejas costumbres de los hombres,

porque mi esposa

es un estanque en el bosque, y

aunque todos los hombres dicen que estoy loco

lo que pasa es que solo estoy contento,

muy contento, y mi esposa tiene por mí un gran amor

que es más dulce que el amor de las mujeres

que atormenta y quema y que nos aleja.

 

¡Aye! Es verdad que soy alegre

          muy alegre, porque la tengo aquí solo para mí,

          y no hay hombre que nos moleste.

 

Antes, cuando estaba entre los hombres…

 y decían que yo era fuerte, entre los jóvenes

 una vez hubo una mujer…

…pero no me acuerdo…  ella era…

…espero que no vuelva otra vez.

 

…no recuerdo…

Creo que una vez me lastimó, pero…

Hace mucho tiempo de eso.

 

Ya no me gusta más recordar cosas.

 

Me gusta una pequeña orquesta de vientos que soplan

aquí, en los fresnos:

porque estamos totalmente solos

aquí, entre los fresnos.

Traducción de Rolando Costa Picazo

LA FRAISNE

 

Pues era un grave y ceñudo consejero,

juicioso en todo y harto viejo.

Mas esta locura rechacé y el frío

que la vejez reviste como abrigo.

 

Era bastante fuerte -al menos lo decían-

los jóvenes con quienes practicaba la esgrima;

mas esta locura rechacé y estoy alegre

de otra manera que me va mejor.

 

Me enrosqué entre los troncos de los fresnos,

he escondido mi rostro donde el roble

extiende sobre mí sus hojas y dejé

el yugo de las viejas costumbres de los hombres.

 

Cerca del quieto lago Mar-nan-otha

encontreme una esposa

que era un cornejo antaño.

Me hizo abandonar mis viejos usos,

aplacó mi rencor de consejero

mandándome loar

 

tan solo al viento que entre las hojas suena.

 

Me ha hecho abandonar mis viejos usos

hasta que todos me reputan de loco;

pero he visto, y me alegra, el dolor de los hombres

pues sé que son locura, sollozos y amarguras.

¿Y yo? He apartado la locura, el pesar.

Mis lágrimas dejé dentro de una hoja de olmo

y las abandoné bajo una piedra

y ahora me llaman loco, porque aparté de mí

toda locura, abandonándola

para dejar atrás los viejos, yermos caminos de los hombres.

 

Porque mi desposada

es un lago del bosque

y aunque todos afirman que estoy loco

tan solo estoy contento,

muy contento, porque mi novia me ama

con un amor más dulce que el amor de mujer

que atormenta y abrasa y nos aparta.

 

¡Ay! Cierto es que estoy alegre

     muy alegre porque la tengo a solas

     y nadie nos molesta.

 

En otro tiempo cuando estaba entre jóvenes...

y decían que era bastante fuerte entre los jóvenes.

En otro tiempo había una mujer...

...pero me olvido... era...

...espero que no vuelva.

 

...No recuerdo...

 

Creo que me hirió un día, pero...

Eso hace mucho tiempo.

 

No quiero recordar ya nunca más.

 

Me gusta la caricia de los vientos que soplan

en los fresnos de aquí:

porque aquí estamos solos,

entre fresnos, aquí.

Traducción de Jorge Aulicino