jueves, 26 de noviembre de 2009

André Chénier: La joven tarentina


La jeune tarentine

Pleurez, doux alcyons, ô vous, oiseaux sacrés,
Oiseaux chers à Thétis, doux alcyons, pleurez.
Elle a vécu, Myrto, la jeune Tarentine.
Un vaisseau la portait aux bords de Camarine.
Là l'hymen, les chansons, les flûtes, lentement,
Devaient la reconduire au seuil de son amant.
Une clef vigilante a pour cette journée
Dans le cèdre enfermé sa robe d'hyménée
Et l'or dont au festin ses bras seraient parés
Et pour ses blonds cheveux les parfums préparés.
Mais, seule sur la proue, invoquant les étoiles,
Le vent impétueux qui soufflait dans les voiles
L'enveloppe. Étonnée, et loin des matelots,
Elle crie, elle tombe, elle est au sein des flots.
Elle est au sein des flots, la jeune Tarentine.
Son beau corps a roulé sous la vague marine.
Thétis, les yeux en pleurs, dans le creux d'un rocher
Aux monstres dévorants eut soin de le cacher.
Par ses ordres bientôt les belles Néréides
L'élèvent au-dessus des demeures humides,
Le portent au rivage, et dans ce monument
L'ont, au cap du Zéphir, déposé mollement.
Puis de loin à grands cris appelant leurs compagnes,
Et les Nymphes des bois, des sources, des montagnes,
Toutes frappant leur sein et traînant un long deuil,
Répétèrent : " hélas! " autour de son cercueil.
Hélas! chez ton amant tu n'es point ramenée,
Tu n'as point revêtu ta robe d'hyménée.
L'or autour de tes bras n'a point serré de noeuds.
Les doux parfums n'ont point coulé sur tes cheveux.

ANDRÉ CHÉNIER

La joven tarentina

Dulces alciones, oh pájaros sagrados, llorad,
Llorad, oh, dulces alciones, amados por Thetis,
Pues su vida ha vivido la joven tarentina.
A la playa de Camarina un barco la llevaba.
La boda, las canciones, las flautas, lentamente
Debían conducirla al umbral del amante.
La llave vigilante guardó para ese día
En el cofre de cedro tu vestido de bodas,
El oro que en la fiesta adornaría tus brazos
Y los perfumes listos para tu rubio pelo.
Pero, sola en la proa invocando los astros,
El viento impetuoso que distiende las velas
La envuelve, la sorprende, y de los marineros
Lejos, grita cayendo en medio de las olas.
En medio de la mar, la joven tarentina.
El bello cuerpo cae en las olas marinas.
Thetis en la oquedad de una roca, llorando,
A los monstruos voraces se encarga de ocultarla
Y siguiendo su orden las nereidas hermosas
La levantan encima de sus húmedas casas,
La llevan a la playa, y en ese monumento,
en el cabo del céfiro, la acuestan suavemente
Y, con voz desgarrada, llaman a sus amigas.
Y las ninfas del bosque, del monte y de las fuentes
Golpeándose los pechos y vestidas de negro
En torno de su féretro repiten su lamento.
¡Ay!, hasta tu amante ya no te llevarán.
No vestiste el vestido de tus bodas, ni el oro
En torno de tus brazos ha apretado sus nudos,
Ni han mojado los suaves perfumes tus cabellos.

Traducción de Miguel Frontán Alfonso.

1 comentario:

  1. Qué elegancia y qué contención. Se puede ser trágico y contenido al mismo tiempo, pero para entender eso hay que situarse más allá del momento en el que nuestra cultura empezó a decaer para volverse histérica y "presentista" (¿más allá del romanticismo?)
    Y mi felicitación admirada al traductor, por supuesto. Conocía tu página anterior, pero no conocía este blog, que me apresuro a poner entre los enlaces de La Grúa.
    Un saludo,
    Miguel Ibáñez

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.