sábado, 16 de diciembre de 2023

Edgar Lee Masters y Eduardo Gasca: La colina

THE HILL


Where are Elmer, Herman, Bert, Tom and Charley,

The weak of will, the strong of arm, the clown, the boozer, the fighter?

All, all are sleeping on the hill.

 

One passed in a fever,

One was burned in a mine,

One was killed in a brawl,

One died in a jail,

One fell from a bridge toiling for children and wife —

All, all are sleeping, sleeping, sleeping on the hill.

 

Where are Ella, Kate, Mag, Lizzie and Edith,

The tender heart, the simple soul, the loud, the proud, the happy one? —

All, all are sleeping on the hill.

 

One died in shameful child-birth,

One of a thwarted love,

One at the hands of a brute in a brothel,

One of a broken pride, in the search for heart's desire,

One after life in far-away London and Paris

Was brought to her little space by Ella and Kate and Mag —

All, all are sleeping, sleeping, sleeping on the hill.

 

Where are Uncle Isaac and Aunt Emily,

And old Towny Kincaid and Sevigne Houghton,

And Major Walker who had talked

With venerable men of the revolution? —

All, all are sleeping on the hill.

 

They brought them dead sons from the war,

And daughters whom life had crushed,

And their children fatherless, crying —

All, all are sleeping, sleeping, sleeping on the hill.

 

Where is Old Fiddler Jones

Who played with life all his ninety years,

Braving the sleet with bared breast,

Drinking, rioting, thinking neither of wife nor kin,

Nor gold, nor love, nor heaven?

Lo! he babbles of the fish-frys of long ago,

Of the horse-races of long ago at Clary's Grove,

Of what Abe Lincoln said

One time at Springfield.

EDGAR LEE MASTERS

LA COLINA

 

¿Dónde están Elmer, Herman, Bert, Tom y Charley,

el débil de ánimo, el fuerte de brazo, el payaso, el bebedor, el peleador?

Todos, todos durmiendo en la colina.

 

Uno murió de fiebre,

uno ardió en una mina,

uno quedó muerto en una reyerta,

uno pereció en la cárcel,

uno se cayó del puente bregando por su mujer y los niños—

Todos, todos durmiendo, durmiendo, durmiendo en la colina.

 

¿Dónde están Ella, Kate, Mag, Lizzie y Edith,

la de corazón tierno, la de mente simplona, la escandalosa, la orgullosa, la feliz?

Todas, todas durmiendo en la colina.

 

Una murió de parto deshonroso,

una de amores contrariados,

una a manos de una bestia en un burdel,

una de orgullo roto en pos de un anhelo del corazón,

una, después de haber vivido en Londres y París lejanas,

fue devuelta a su pequeño espacio con Ella, Kate y Mag—

Todas, todas durmiendo, durmiendo, durmiendo en la colina.

 

¿Dónde están tío Isaac y tía Emily,

y el viejo Towny Kincaid y Sevigne Houghton,

y el alcalde Walker que había conversado

con los notables de la revolución?

Todos, todos durmiendo en la colina.

 

A ellos les trajeron hijos muertos en la guerra

e hijas demolidas por la vida,

con sus hijos sin padre, que lloraban—

Todos, todos durmiendo, durmiendo, durmiendo en la colina.

 

¿Dónde está Jones el viejo violinista

que jugó con la vida durante sus noventa años

afrontando el viento helado a pecho descubierto,

bebiendo, alborotando, sin pensar en esposa o parentela,

ni en el oro, ni el amor, ni el cielo?

¡Aquí está!, chachareando de los pescados fritos de antaño,

de las carreras de antaño en Clary’s Grove,

de lo que Abe Lincoln dijo

una vez en Springfield.

Versión en español de EDUARDO GASCA