miércoles, 25 de mayo de 2022

Simone Weil: La gravedad y la gracia

LA GRAVEDAD Y LA GRACIA

 

TODOS los movimientos naturales del alma se rigen por leyes análogas a las de la gravedad material. La gracia constituye la única excepción.

Siempre hay que esperar que las cosas sucedan de acuerdo con la gravedad, salvo que intervenga lo sobrenatural.

Dos fuerzas reinan en el universo: luz y gravedad.

Gravedad. —De un modo general, lo que esperamos de los demás está determinado por los efectos de la gravedad en nosotros mismos; lo que recibimos de ellos está determinado por los efectos de la gravedad en ellos. A veces hay coincidencia (por casualidad); a menudo, no.

¿Por qué ocurre que en cuanto un ser humano da muestras de tener alguna o mucha necesidad de otro, éste se aleja? Gravedad.

Lear, tragedia de la gravedad. Todo lo que llamamos bajeza es una manifestación de la gravedad. Además, el propio término bajeza lo indica.

El objeto de una acción y el nivel de energía que la alimenta: cosas distintas.

Es preciso hacer tal cosa. Pero, ¿de dónde sacar la energía? Una acción virtuosa puede rebajar si no hay una energía disponible del mismo nivel.

Lo bajo y lo superficial están en el mismo nivel. Aquél ama violentamente pero bajamente: frase posible. Aquél ama profundamente pero bajamente; frase imposible.

Si es cierto que un mismo sufrimiento es bastante más difícil de soportar por una causa elevada que por una baja (la gente que permanecía de pie, inmóvil, de una a ocho de la mañana, para obtener un huevo, muy difícilmente lo hubiera hecho para salvar una vida humana), una virtud baja esté, quizás, en determinados aspectos, más a prueba de dificultades, tentaciones o desgracias, que una virtud elevada. Soldados de Napoleón. De allí proviene el uso de la crueldad para mantener o elevar la moral de los soldados. No olvidarlo en lo que concierne el desfallecimiento.

Hay un caso particular de la ley que pone generalmente la fuerza del lado de la bajeza. La gravedad es como su símbolo.

Colas para recibir alimentos. Una misma acción es más fácil cuando el móvil es bajo que cuando es elevado. Los móviles bajos encierran más energía que los móviles elevados. Problema: ¿cómo transferir a los móviles elevados la energía reservada para los móviles bajos?

No olvidar que en determinados momentos cuando me dolía la cabeza, cuando la crisis se agudizaba, me entraba un fuerte deseo de hacer sufrir a otro ser humano, golpeándolo precisamente en el mismo lugar de la frente.

Deseos análogos, muy frecuentes en los hombres.

Varias veces, estando así, llegué a ceder al menos a la tentación de decir palabras hirientes. Obediencia a la gravedad. El mayor pecado. Se corrompe así la función del lenguaje, que es la de expresar las relaciones de las cosas.

Actitud de suplicación: necesariamente tengo que dirigirme hacia algo que no sea yo misma, puesto que de lo que se trata es de liberarse de uno mismo.

Intentar esa liberación por medio de mi propia energía sería hacer como la vaca que tira de la traba y cae así de rodillas.

Entonces uno libera energía dentro de sí por medio de una violencia que lo degrada aún más. Compensación, en el sentido de la termodinámica, círculo infernal del que uno no puede se liberado si no es de lo alto.

El hombre tiene en el exterior la fuente de la energía moral, lo mismo que de su energía física (alimento, respiración). Generalmente la encuentra, y por eso tiene la ilusión de que —igual que en su parte física— su ser lleva en sí el principio de su conservación. La privación es lo único que hace sentir la necesidad. Y, en caso de privación, no puede dejar de dirigirse hacia cualquier cosa que sea comestible.

Un único remedio para ello: una clorofila que permitiera alimentarse de luz.

No juzgar. Todas las faltas son iguales. No hay más que una falta: no tener de la capacidad de alimentarse de luz. Puesto que, una vez abolida esa capacidad, todos las faltas son posibles.

“Mi alimento es hacer la voluntad de Aquél que me envía” (Juan 4:34).

Ningún otro bien existe fuera de esa capacidad.

Descender con un movimiento en el que la gravedad no cumpla función alguna... La gravedad incita al descenso, el ala incita a la subida: ¿qué ala a la segunda potencia puede incitar a descender sin gravedad?

La creación está hecha del movimiento descendente de la gravedad, del movimiento ascendente de la gracia y del movimiento descendente de la gracia a la segunda potencia.

La gracia es la ley del movimiento descendente.

Rebajarse es subir con respecto a la gravedad moral. La gravedad moral nos hace caer hacia lo alto.

Una desgracia demasiado grande coloca al ser humano por debajo de la piedad: asco, horror y desprecio.

La piedad desciende hasta cierto nivel, pero no más abajo. ¿Cómo hace entonces la caridad para descender más abajo?

¿Los que han caído tan bajo tienen piedad de sí mismos?

 

SIMONE WEIL

Traducción, para Literatura & Traducciones, de Miguel Ángel Frontán


 

LA PESANTEUR ET LA GRÂCE

 

TOUS les mouvements naturels de l’âme sont régis par des lois analogues à celles de la pesanteur matérielle. La grâce seule fait exception.

Il faut toujours s’attendre à ce que les choses se passent conformément à la pesanteur, sauf intervention du surnaturel.

Deux forces règnent sur l’univers : lumière et pesanteur.

Pesanteur. — D’une manière générale, ce qu’on attend des autres est déterminé par les effets de la pesanteur en nous ; ce qu’on en reçoit est déterminé par les effets de la pesanteur en eux. Parfois cela coïncide (par hasard), souvent non.

Pourquoi est-ce que dès qu’un être humain témoigne qu’il a peu ou beaucoup besoin d’un autre, celui-ci s’éloigne ? Pesanteur.

Lear, tragédie de la pesanteur. Tout ce qu’on nomme bassesse est un phénomène de pesanteur. D’ailleurs le terme de bassesse l’indique.

L’objet d’une action et le niveau de l’énergie qui l’alimente, choses distinctes.

Il faut faire telle chose. Mais où puiser l’énergie ? Une action vertueuse peut abaisser s’il n’y a pas d’énergie disponible au même niveau.

Le bas et le superficiel sont au même niveau. Il aime violemment mais bassement : phrase possible. Il aime profondément mais bassement : phrase impossible.

S’il est vrai que la même souffrance est bien plus difficile à supporter par un motif élevé que par un motif bas (les gens qui restaient debout, immobiles, de une à huit heures du matin pour avoir un œuf, l’auraient très difficilement fait pour sauver une vie humaine), une vertu basse est peut-être à certains égards mieux à l’épreuve des difficultés, des tentations et des malheurs qu’une vertu élevée. Soldats de Napoléon. De là l’usage de la cruauté pour maintenir ou relever le moral des soldats. Ne pas l’oublier par rapport à la défaillance.

C’est un cas particulier de la loi qui met généralement la force du côté de la bassesse. La pesanteur en est comme un symbole.

Queues alimentaires. Une même action est plus facile si le mobile est bas que s’il est élevé. Les mobiles bas enferment plus d’énergie que les mobiles élevés. Problème : comment transférer aux mobiles élevés l’énergie dévolue aux mobiles bas ?

Ne pas oublier qu’à certains moments de mes maux de tête, quand la crise montait, j’avais un désir intense de faire souffrir un autre être humain en le frappant précisément au même endroit du front.

Désirs analogues, très fréquents parmi les hommes.

Plusieurs fois, dans cet état, j’ai cédé du moins à la tentation de dire des mots blessants. Obéissance à la pesanteur. Le plus grand péché. On corrompt ainsi la fonction du langage, qui est d’exprimer les rapports des choses.

Attitude de supplication : nécessairement je dois me tourner vers autre chose que moi-même, puisqu’il s’agit d’être délivré de soi-même.

Tenter cette délivrance au moyen de ma propre énergie, ce serait comme une vache qui tire sur l’entrave et tombe ainsi à genoux.

Alors on libère en soi de l’énergie par une violence qui en dégrade davantage. Compensation au sens de la thermodynamique, cercle infernal dont on ne peut être délivré que d’en haut.

L’homme a la source de l’énergie morale à l’extérieur, comme de l’énergie physique (nourriture, respiration). Il la trouve généralement, et c’est pourquoi il a l’illusion — comme au physique — que son être porte en soi le principe de sa conservation. La privation seule fait sentir le besoin. Et, en cas de privation, il ne peut pas s’empêcher de se tourner vers n’importe quoi de comestible.

Un seul remède à cela : une chlorophylle permettant de se nourrir de lumière.

Ne pas juger. Toutes les fautes sont égales. Il n’y a qu’une faute : ne pas avoir la capacité de se nourrir de lumière. Car cette capacité étant abolie, toutes les fautes sont possibles.

« Ma nourriture est de faire la volonté de Celui qui m’envoie. »

Nul autre bien que cette capacité.

Descendre d’un mouvement où la pesanteur n’a aucune part… La pesanteur fait descendre, l’aile fait monter : quelle aile à la deuxième puissance peut faire descendre sans pesanteur ?

La création est faite du mouvement descendant de la pesanteur, du mouvement ascendant de la grâce et du mouvement descendant de la grâce à la deuxième puissance.

La grâce, c’est la loi du mouvement descendant.

S’abaisser, c’est monter à l’égard de la pesanteur morale. La pesanteur morale nous fait tomber vers le haut.

Un malheur trop grand met un être humain au-dessous de la pitié : dégoût, horreur et mépris.

La pitié descend jusqu’à un certain niveau, et non au-dessous. Comment la charité fait-elle pour descendre au-dessous ?

Ceux qui sont tombés si bas ont-ils pitié d’eux-mêmes ?