jueves, 2 de julio de 2009

Del "Journal" de Julien Green


La obra de Julien Green es inmensa, hecha a imagen de su larga vida. Su Journal es uno de los más extensos, y apasionantes, de la literatura. ¿Cómo olvidar su visita a Colette, inmovilizada en su radeau del Palais-Royal, o esa página conmovedora que le inspiró la muerte de André Gide?
Noventa y ocho años tenía Green cuando escribió las líneas que aquí siguen y que reflejan el fidelísimo amor que sintió siempre por la música.

6 avril 1998.

Pour moi chaque soir est un enchantement. Mon heure bleue, c´est le rendez-vous au crépuscule avec la musique qui efface tous les troubles, ce que le monde apporte avec les événements faits pour déranger l´âme. On parle de plus en plus d´images virtuelles, mais notre cerveau possède déjà toutes les inventions. Il s´agit de les en tirer. Quelques notes, par exemple, et un monde inaccessible s´ouvre à notre joie, monde d´images, de rêves, de pensées et même le monde abstrait au-delà des paroles, celui qui essaie de décrire Dante dans le dernier chapitre du Paradis, quand les trois cercles de lumière se meuvent sans fin.


6 de abril de 1998.

Para mí el final de cada tarde es un arrobamiento. Mi hora azul es la cita del crepúsculo con la música que borra todos los trastornos, lo que el mundo nos trae con los sucesos que ocurren para desarreglar el alma. Se habla cada vez más de imágenes virtuales pero nuestro cerebro ya posee todos los inventos. Se trata de saber extraerlos. Unas pocas notas, por ejemplo, y un mundo inaccesible se abre a nuestra dicha, un mundo de imágenes, de sueños, de pensamientos e, incluso, el mundo abstracto que está más allá de las palabras, ése que Dante trata de describir en el último capítulo del Paraíso, cuando los tres círculos de luz se mueven sin cesar.


Traducción de Miguel Frontán Alfonso.

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