Your mind
and you are our Sargasso Sea,
London has
swept about you this score years
And bright
ships left you this or that in fee:
Ideas, old
gossip, oddments of all things,
Strange
spars of knowledge and dimmed wares of price.
Great minds
have sought you—lacking someone else.
You have
been second always. Tragical?
No. You
preferred it to the usual thing:
One dull
man, dulling and uxorious,
One average
mind—with one thought less, each year.
Oh, you are
patient, I have seen you sit
Hours,
where something might have floated up.
And now you
pay one. Yes, you richly pay.
You are a
person of some interest, one comes to you
And takes
strange gain away:
Trophies
fished up; some curious suggestion:
Fact that
leads nowhere; and a tale or two,
Pregnant
with mandrakes, or with something else
That might
prove useful and yet never proves,
That never
fits a corner or shows use,
Or finds
its hour upon the loom of days:
The
tarnished, gaudy, wonderful old work;
Idols and
ambergris and rare inlays,
These are
your riches, your great store; and yet
For all
this sea-hoard of deciduous things,
Strange
woods half sodden, and new brighter stuff:
In the slow
float of differing light and deep,
No! there
is nothing! In the whole and all,
Nothing
that’s quite your own.
Yet this is you.
Tu mente y tú son nuestro Mar de los Sargazos,
Londres ha flotado en torno a ti durante estos últimos años
y brillantes naves te han dejado esto o aquello como
tributo:
ideas, viejos chismes, pedazos de mil cosas,
extraños jirones de conocimiento y costosas prendas
desteñidas.
Grandes inteligencias te han buscado −a falta de otra
persona.
Has sido siempre postergada. ¿Trágico?
No. Has preferido esto a lo acostumbrado:
un hombre torpe, aburrido y hogareño,
una mente mediocre −con un pensamiento menos cada año.
Oh, eres paciente. Te he visto sentada
por horas, ahí donde algo pudo haber surgido a flote.
Y ahora pagas a uno. Sí, generosamente pagas.
Eres una persona de cierto interés, uno viene a ti
y se lleva consigo una extraña ganancia:
trofeos pescados, alguna curiosa sugestión;
datos que no conducen a ninguna parte: una o dos historias
preñadas de mandrágoras, o algo que podría ser de
utilidad y que sin embargo nunca utilizamos,
que no llena ningún hueco ni demuestra su uso,
ni encuentra su hora en el tejido de los días:
entre las deslustradas, llamativas, maravillosas cosas
viejas;
ídolos y ámbar y preciosas incrustaciones,
éstas son tus riquezas, tu gran almacén; y sin embargo
para todo este mar acumulado de objetos inútiles,
extrañas maderas semi humedecidas, y cosas nuevas y
brillantes:
en el lento flotar de diferentes luces y profundidades,
¡no!, ¡no hay nada! En la suma de todas estas cosas,
no hay nada que sea enteramente tuyo.
Y sin
embargo, esto eres tú.
Versión castellana de Rafael Vargas.