The force that through the green fuse drives the flower…
The force that through the green fuse drives the flower
Drives my green age; that blasts the roots of trees
Is my destroyer.
And I am dumb to tell the crooked rose
My youth is bent by the same wintry fever.
The force that drives the water through the rocks
Drives my red blood; that dries the mouthing streams
Turns mine to wax.
And I am dumb to mouth unto my veins
How at the mountain spring the same mouth sucks.
The hand that whirls the water in the pool
Stirs the quicksand; that ropes the blowing wind
Hauls my shroud sail.
And I am dumb to tell the hanging man
How of my clay is made the hangman’s lime.
The lips of time leech to the fountain head;
Love drips and gathers, but the fallen blood
Shall calm her sores.
And I am dumb to tell a weather’s wind
How time has ticked a heaven round the stars.
And I am dumb to tell the lover’s tomb
How at my sheet goes the same crooked worm.
La fuerza que a través del tallo verde mueve la flor,
mueve mi verde edad; la que arde las raíces de los árboles
es la que me destruye.
y no puedo decirle a la rosa torcida
que la misma fiebre invernal tuerce mi juventud.
La fuerza que mueve el agua entre las rocas
mueve mi sangre roja; la que seca la boca de los ríos
vuelve cera mi sangre.
Y no puedo decides a mis venas
cómo la misma boca chupa en el manantial de la montaña.
La mano que arremolina el agua en la laguna
agita el fondo; la que encorda el viento
iza mi vela de mortaja.
y no puedo decirle al que me cuelga
que la cal del verdugo se saca de mi arcilla. (*)
Los labios del tiempo succionan en la fuente misma;
el amor gotea y se junta, pero la sangre caída
calmará sus heridas.
Y no puedo decide a un viento cualquiera
cómo el tiempo ha formado un cielo entre las estrellas.
y no puedo decide a un sepulcro de amante
cómo el mismo gusano se curva entre mis sábanas.
(*) Nota del traductor: Los ahorcados, en Inglaterra, son enterrados en cal viva.
Shall gods be said…
Shall gods be said to thump the clouds
When clouds are cursed by thunder,
Be said to weep when weather howls?
Shall rainbows be their tunics’ colour?
When it is rain where are the gods?
Shall it be said they sprinkle water
From garden cans, or free the floods?
Shall it be said that, venuswise,
An old god’s dugs are pressed and pricked,
The wet night scolds me like a nurse?
It shall be said that gods are stone.
Shall a dropped stone drum on the ground,
Flung gravel chime? Let the stones speak
With tongues that talk all tongues.
¿Diremos que los dioses golpean las nubes
cuando el trueno las maldice?
¿Diremos que lloran cuando aúlla el viento?
¿que los arco-iris son el color de sus túnicas?
¿Adónde están los dioses cuando llueve?
¿Diremos que salpican agua
con regaderas, o liberan torrentes?
¿Diremos que, venusinamente,
se aprietan y pellizcan las viejas tetas de un dios,
que la noche lluviosa me reta como una niñera?
Se dirá que los dioses son piedra.
¿Una piedra caída retumbará en el suelo,
repicará el puñado de gravilla? Que hablen las piedras
con lenguas que hablan toda lengua.
Was there a time…
Was there a time when dancers with their fiddles
In children’s circuses could stay their troubles?
There was a time they could cry over books,
But time has set its maggot on their track.
Under the arc of sky they are unsafe.
What’s never known is safest in this life.
Under the skysigns they who have no arms
Have cleanest hands, and, as the heartless ghost
Alone’s unhurt, so the blind man sees best.
¿Hubo épocas en que los bailarines con sus violines
podían calmar sus afanes en circos para niños?
Hubo un tiempo en que podían llorar ante un libro,
pero el tiempo les ha puesto su gusano sobre la pista.
Bajo el arco del cielo corren peligro.
Lo que no se conoce, en esta vida, es lo seguro.
Bajo los avisos del cielo los que no tienen brazos
tienen las manos más limpias, y así como sólo está a salvo
el fantasma sin corazón, así ve mejor el ciego.
The hand that signed the paper…
The hand that signed the paper felled a city;
Five sovereign fingers taxed the breath,
Doubled the globe of dead and halved a country;
These five kings did a king to death.
The mighty hand leads to a sloping shoulder,
The finger joints are cramped with chalk;
A goose’s quill has put an end to murder
That put an end to talk.
The hand that signed the treaty bred a fever,
And famine grew, and locusts came;
Great is the hand that holds dominion over
Man by a scribbled name.
The five kings count the dead but do not soften
The crusted wound nor stroke the brow;
A hand rules pity as a hand rules heaven;
Hands have no tears to flow.
La mano que firmó el papel abatió una ciudad;
cinco dedos soberanos pusieron tasa al aliento,
duplicaron el mundo de los muertos, partieron un país;
esos cinco reyes dieron muerte a un rey.
La mano poderosa asciende a un hombro enclenque,
sus articulaciones están duras de tiza;
una pluma de ganso puso fin al crimen
que puso fin a las palabras.
La mano que firmó el tratado impuso fiebres,
y aumentó el hambre, vinieron las langostas;
grande es la mano que así impera sobre
el hombre con un nombre mal escrito.
Los cinco reyes cuentan los muertos pero no
ablandan las heridas coriáceas, no acarician las frentes;
una mano rige la piedad, como una rige el cielo;
las manos no tienen lágrimas que verter.
Twenty-four years…
Twenty-four years remind the tears of my eyes.
(Bury the dead for fear that they walk to the grave in labour.)
In the groin of the natural doorway I crouched like a tailor
Sewing a shroud for a journey
By the light of the meat-eating sun.
Dressed to die, the sensual strut begun,
With my red veins full of money,
In the final direction of the elementary town
I advance for as long as forever is.
Veinticuatro años recuerdan las lágrimas de mis ojos.
(Enterremos a los muertos para que no marchen con trabajo a la tumba).
En la ingle del portal natural me acuclillé como un sastre
cosiendo una mortaja para el viaje
a la luz del sol carnívoro.
Vestido para morir, iniciada ya la parada sensual,
con mis venas rojas llenas de dinero
en la dirección final de la ciudad elemental
avanzo hasta donde dure siempre.
Entregas de La Licorne nº 8. Montevideo, 1956